El 24 de julio de 1899 el escritor Ramón María del Valle-Inclán y su amigo, el periodista Manuel Bueno,discutían durante una tertulia en el Café de la Montaña, en plena Puerta del Sol de Madrid.
En medio de la acalorada discusión, Valle-Inclán llama “Majadero”
a Bueno.
Manuel Bueno, ante el insulto, se levanta, coge su bastón y amenaza a Valle,
que contraataca con una botella de agua.
- ¡Majadero! ¡Majadero! - insiste Don Ramón.
La mala fortuna quiso que un bastonazo de Bueno impactara en el gemelo
izquierdo de la camisa de Valle-Ínclán y que este se clavara, roto en múltiples
pedazos, en su muñeca.
La herida se infectó días después y presentaba signos de gangrena tras una
chapucera cura de urgencia en la Casa de Socorro... Finalmente tuvieron
que amputarle el brazo.
Según las crónicas, después de lo sucedido, Valle-Inclán comenzó a
inventarse y fantasear con curiosas y grotescas historias acerca de la pérdida
de su brazo, como aquella en la que había luchado
con un león, que finalmente se lo arrancó y se lo comió.
También se cuenta que unas veces decía quehabía perdido el
brazo en un duelo a sable por defender el honor de una dama... y otras que lo
había perdido entre su barba...
Pero un día, en una animada tertulia en otro café de Madrid, el genial
escritor, dejándose llevar en un momento de exaltación, comenzó a
asemejar su manquedad con la de Cervantes, a lo que su buen amigo (adelantándose hábilmente al previsible final esperpéntico de la fantasiosa
historieta) replicó:
“Vamos Ramón, que eso no fue en Lepanto”
Tal vez de no intervenir D. Jacinto, Valle-Inclán (no en vano creador del
estilo literario denominado esperpento) podría haber convencido a algún
incauto oyente de la época de que la verdadera causa de su manquedad estaba en
haber luchado “mano a mano” con Cervantes y contra los turcos aquel 7 de octubre
de 1571 ;)
Para acabar os dejo con esta estupenda viñeta del
Comic mexicano de 1968 “Vidas Ilustres” que recoge algunas otras
hilarantes e increíbles versiones acerca de cómo perdió su brazo izquierdo D.
Ramón María del Valle Inclán.
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